Hoy os queremos seducir con una nueva ruta, con un entorno casi desconocido en el Valle del Jerte, con un espacio para contemplar una vegetación centenaria y escuchar los sonidos de una suave armonía salvaje que nos envolverá como una nube de tiempo eterno.

La ruta es corta y casi desconocida, de un nivel medio alto por su dificultad orográfica, ya que está ubicada entre roquedales abruptos y desniveles del terreno, y por no tener ninguna señalización ni plano marcado. Quizás por esas razones es una propuesta llena de elementos naturales que cautivará al senderista, un paseo ideal para que en el futuro sea uno de los espacios senderistas más bonitos y  visitados del Valle del Jerte, cuando se consiga señalizarla, crear una senda y los espacios necesarios para su contemplación.

 

Este espacio maravilloso que os invitamos a conocer es una verdadera oportunidad para disfrutar sin prisas de una biodiversidad espectacular que difícilmente se puede ver en rutas tan cortas, sobre todo en épocas de lluvias, al conjugar y contemplar en tan corto recorrido los valores más  atractivos  con los que sueña cualquier senderista: naturaleza, árboles singulares, agua, cascadas y ornitología.

El recorrido que se propone puede comenzar desde diferentes puntos al estar todos los recursos de la ruta en un espacio tan cercanos entre ellos. La salida ideal está en el km. 15, aproximadamente, de la carretera que une Cabezuela con Hervás y que pasa el Puerto de Honduras. Encontraremos una plataforma (1) a la izquierda con unas pequeñas placas fotovoltaicas, allí se deja aparcado el coche (2) y nos dirigimos hacia el paraje denominado Prado Sancho.

 

Durante el descenso observaremos los límites de una finca agrícola, abrazada por la derecha e izquierda por dos arroyos. Cuando llegamos al Prado contemplamos un majestuoso roble de más de 500  años, declarado por la Junta de Extremadura Árbol Singular por sus dimensiones.

 

A continuación, salimos de la finca privada por la parte de abajo dirigiendo nuestros pasos hacia la derecha, para salvar el arroyo que nos encontramos, por el sitio más cómodo en función del caudal que lleve. Una vez pasado el arroyuelo seguimos bajando porque unos metros más abajo comienza el espectáculo del agua en el encuentro de los dos arroyos justo donde se forman dos preciosas cascadas  .

Bajando un centenar de metros más, siguiendo el curso de la garganta y disfrutando de unas vistas seductoras por el encanto y riqueza del paraje, llegamos al rincón más mágico y sublime de esta espectacular ruta, un rincón casi oculto sito en un cortado de la roca en vertical: la cascada (5) más bella de las que encontraremos en el camino, que en días de lluvias torrenciales alcanza su máximo esplendor. La verticalidad del espacio nos ofrece la posibilidad de realizar y contemplar diferentes aventuras de turismo activo como el rapel, barranquismo, etc.

Y justo al lado de este rincón, casi ocultando el majestuoso salto de agua y la preciosa llovizna que se produce al chocar el agua con las rocas, encontramos un pequeño risco donde anidan buitres y otras aves rapaces. Es  tanta la belleza de este rincón mágico que sentarse a contemplar las vistas, disfrutando de la sinfonía del agua y del espectacular vuelo de las aves que surcan el cielo, hará que el momento se mantenga para siempre en el recuerdo como uno de los paseos más gratificantes y cautivadores jamás soñados.

Hay que reconocer que este pequeño espacio es un vergel de la naturaleza que tiene alma, que invita a contemplar, soñar y contar para que los demás puedan disfrutar en el futuro del paisaje que nos muestra la Madre Naturaleza.

La garganta hacia abajo tiene múltiples encantos, vegetación exuberante, cascadas, puentes, pozas preciosas, pero siempre recordaremos las maravillas encontradas en tan corto espacio y, sin darnos cuenta, estaremos al lado de nuestro coche de vuelta, con los ojos entornados y reflexionando acerca de las muchas bellezas naturales que están en nuestro entorno y no conocemos.

En otros lugares diferentes al Valle del Jerte, con menos recursos naturales, este entorno seria un destino turístico de primer nivel, pero, quizás por fortuna, en el Valle hay tantos parajes paradisiacos que no los tenemos ni localizados ni señalizados y ni los propios habitantes de la zona los conocen.

Fuente: Vallecereza.com