Empieza el primer semestre de programación en el Teatro Cervantes con una magnífica zarzuela “Los Gavilanes” de Jacinto Guerrero, un género que en Béjar encandila al público. Prueba de ello son los dos grupos de Zarzuela que la Ciudad posee.

Gracias a la Red de Teatros de Castilla y León el próximo día 24 de enero a las 20:00 horas podremos disfrutar de esta producción de 110 minutos estrenada en Madrid en 1923. Los precios de las entradas oscilan desde 10 € a los 4 €, para que nadie se quede sin poder disfrutar del género chico.

Una cita que nadie se puede perder. La taquilla se abrirá el día 22, 23 y el mismo día de la función, el 24 de enero, de 18 a 20 horas.

ZARZUELA “LOS GAVILANES”

Sinopsis

Texto original de JOSÉ RAMOS MARTÍN

Música de JACINTO GUERRERO

Tras una larga estancia en el Perú, Juan vuelve a su aldea natal, viejo pero inmensamente rico. Es precisamente esa riqueza la que hace que el alcalde de la Aldea, Clarivan, y el jefe de gendarmes, Triquet rivalicen entre sí para demostrar que, antaño, fueron íntimos del indiano, mientras, el hermano de Juan, Camilo, y su hija Enma, lucen ostentosamente las joyas regaladas por el indiano.

Familiares, amigos y paisanos beben a la salud del emigrado, momento en el cual Juan cuenta la verdadera razón de su partida: el amor de una mujer, Adriana. En su voluntario destierro supo que Adriana había sido casada, prácticamente obligada por su madre, Leontina, con un hombre y hoy se entera de que la mujer ahora es viuda y pobre, y que además, cuenta con una bella hija, Rosaura, en edad casadera.

Juan trata de granjearse la ayuda de doña Leontina, a favor de sus intenciones matrimoniales. No obstante, las descaradas indiscreciones de Clariván y Triquet obligan al indiano a confesar que es con Rosaura, la hija de Adriana, con quien desea casarse. El escándalo es mayúsculo y quienes se habían mostrado amigos íntimos del indiano, se declaran ahora enemigos y le desprecian, Adriana se lleva un duro revés del hombre que pudo ser su marido y Rosaura debe renunciar a su verdadero amor, el joven Gustavo.

En el último acto, Juan, a quién el pueblo llama «El Gavilán», ha pagado las deudas de Adriana y su familia para obligar a Rosaura a casarse con él. La víspera de la boda está ya todo preparado y madre e hija están desoladas y dispuestas al sacrificio, sin embargo, pronto Juan el Indiano comprende que está herrando y dice a Gustavo que puede llevarse a su enamorada, pero no a escondidas, sino a la vista de todos. Mañana habrá boda, pero los novios serán Gustavo y Rosaura.