Cuando llegan los primeros rigores invernales, las formaciones en  V de las grullas comunes, Grus Grus , hacen su aparición en el sur de la provincia de Salamanca y en el norte de Cáceres. Proceden mayoritariamente de Escandinavia y el norte de Europa y se estima que en los mejores años han llegado a los alrededores del embalse más de 3.000 ejemplares de esta especie que escoge las dehesas y los humedales asociados al Tormes como lugar de invernada.

Es fácil observar sus formaciones en el aire tanto de grupos familiares como en grandes bandadas, ya que suelen desplazarse de forma diaria en busca de alimento retornando al anochecer a sus zonas de descanso. La observación de las grullas es muy sencilla en las dehesas. Normalmente al amanecer se pueden encontrar grandes grupos difuminados entre la niebla y las encinas, aunque son bien visibles en actividad durante todo el día. La principal precaución es acercarse con mucho cuidado a ellas, ya que son muy asustadizas tanto por el ruido como por los movimientos.

Pero una excursión a esta zona a pie de nuestras sierras puede depararnos otra muchas “sorpresas” durante nuestra ruta: la garceta blanca, la garza real, los correlimos y gaviotas, cormoranes e incluso algún martín pescador nos acompañarán en las zonas húmedas. Nos sobrevolarán milanos reales y negros, buitres, aguiluchos y otras de las muchas rapaces que planean sobre las dehesas. También las paseriformes cuentan con una población más que importante: desde los distintos alcaudones presentes en la zona hasta verderones y jilgueros, pasando por multitud de insectívoros, granívoros,… que en estas tierras encuentran un paraíso en muchas épocas del año.

Desde turismoentresierras.com os sugerimos una visita doble. Partiendo de Pelayos (la población más cercana a la culminación de la presa) es posible dirigirnos a las orillas del embalse y, hacia el norte, a las zonas húmedas que rodean La Maya y otras pequeñas poblaciones vecinas del Tormes. Ahí es fácil disfrutar con las especies más íntimamente relacionadas con los humedales. También desde Pelayos, pero en esta ocasión dirigiéndonos hacia el sur, es frecuente encontrar grandes grupos de grullas en las dehesas que se encuentran entre Galinduste y Armenteros. En esa zona, además de las rapaces, avefrías y otras aves típicas del ecosistema dehesa, es muy interesante acercarse sigilosamente a la vegetación que puebla las riberas de los omnipresentes regatos. Ahí, podemos avistar arrendajos, oropéndolas, cucos, abubillas y un largo etc. de especies en una zona por descubrir, todavía poco frecuentada por los aficionados a la observación ornitológica, a pesar de que en los últimos años varias asociaciones de amantes de las aves han organizado ya jornadas y rutas por la zona en todas las épocas del año.
 
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