Cuando llegas al bosque con tu cesta, tu navaja y tu guía de hongos estás a punto de tener una influencia muy grande en el ecosistema del bosque; y de tu comportamiento y tu forma de recolección depende el futuro de tu afición.
Hoy, como cada año, hacemos os vamos a brindar una serie de consejos que favorecerán la aparición de setas durante muchos años.
1. No te las lleves todas de una vez. Estás impidiendo su reproducción. Las setas juegan un papel clave en el ciclo de vida de los hongos pues libran las esporas que darán lugar a nuevas generaciones de los mismos. Por eso si te encuentras con un magnifico grupo de setas no te las lleves todas, se considera que dejar un 30% de ellas les asegura un correcto desarrollo. Alcanzar esa cifra es muy sencillo si sigues los dos próximos consejos: no recojas los «botones» y deja las setas demasiado maduras para que acaben su papel difusor de esporas. Con eso probablemente ya habrás alcanzado ese 30%. Si no es así, controla un poco tus instintos y espera al próximo grupo para coger más setas.
2. No es aconsejable la recolección de ejemplares jóvenes e inmaduros. Por una parte inducen a error en su identificación (pues algunos caracteres distintivos de la especie todavía no están presentes) y por otra parte interrumpimos antes de empezar su ciclo vital.
3. Tampoco deberán recolectarse los ejemplares demasiado maduros en los que el proceso de producción de esporas esté avanzado. Eso lo notarás en muchas variedades porque la carne pierde su textura óptima y el color de las láminas o poros ha cambiado respecto a los ejemplares jóvenes. Además de interrumpir el ciclo vital y cortar en seco la esporada, estas setas resultan normalmente indigestas, muchas veces están ya parasitadas y en casi la totalidad de las ocasiones acabarás tirándolas a la basura al llegar a casa.
4. Limpia las setas que recolectes en el mismo lugar donde las has recogido con el pincel de la navaja o una pequeña brocha. Además de la suciedad, harás que caigan al suelo muchas de las esporas que ya estén maduras.
5. Sé muy cuidadoso al cortar el pie con la navaja (no arrancar nunca la seta del suelo) para no dañar el micelio. En ocasiones es fácil también cubrir el lugar donde estaban con un poco del mismo material que la rodeaba (pinaza, hojarasca,…). Así devuelves al suelo su condición original.
6. Recolecta solo las setas que veas. No uses rastrillos ni ganchos para levantar la capa que cubre el suelo. Así no dañarás los micelios ¡Y aún más importante! Si por desgracia descubres un lugar donde algún desaprensivo ha usado estos medios y ha dejado el suelo del bosque «desmontado», enfádate mucho… Pero no dejes que el enfado te haga olvidar el hacer todo lo posible por arreglar el desaguisado. Devuelve la hojarasca a su sitio con un poco de cuidado (lo puedes hacer simplemente usando los pies para barrer las hojas y volver a cubrir las zonas descubiertas). Si te olvidas de este sencillo gesto, las siguientes lluvias se pueden llevar por delante todo el ecosistema húmico.
7. Nunca pisotees o destruyas las setas que no conozcas ni las setas tóxicas ni las no comestibles. El delicado equilibrio ecológico del bosque necesita también de ellas para conservarse intacto.
En fin, cuando los lees parecen todos consejos sencillos y de sentido común. Ese que desgraciadamente no es el más común de los sentidos. Así que cada uno de nosotros al practicarlos es un granito de arena para la conservación de nuestros ecosistemas y la sostenibilidad de la recogida de setas… y entre muchos granitos de arena se construyen playas maravillosas!!!